jueves, 11 de julio de 2013

Último partido del equipo

Aunque no lo parezca de lo rápido que se ha pasado, el día del último partido ha llegado.
Empezamos con un buen desayuno: unos con cereales y un buen tazón de colacao, otros huevos con bacon, otros tantos unos bollos... hasta que el mister dice que es la hora de irnos a la playa.







Allí, ya que lo prometido es deuda, nuestra presi Sonia ha alquilado cuatro barquitas con pedales para disfrutar todo el equipo junto con los padres más atrevidos de una mañana de pedaleo, chapuzones y muchas risas.




Como anécdota, aparte de las barcas, nuestro ya nombrado Dandi de día del equipo, nos ha deleitado con unos movimientos sexys acompañados de una toalla.



A la vuelta al hotel, para reponer pilas después de subir las odiosas 148 escaleras, aunque algunos aún sigan diciendo que son 143... , para estar por la tarde a tope contra el Navarcarnero A, ha tocado un baño rápido en la piscina y una copiosa comida.
Como es costumbre, se han puesto a jugar a una máquina del hotel al fútbol, antes de subir a cambiarse. Desde los balcones de sus habitaciones, hemos sacado unas fotos:







Después de la improvisada sesión fotográfica, y una merienda para recargar energía, el autobús vino a por nosotros para ir rumbo al campo del Tomillar, donde para ir entrando en ambiente, el equipo se puso animar, y a dar las gracias al conductor, que tan pacientemente los había estado llevando todos los días.











Allí, nos esperaba nuestro rival: el Navalcarnero A. Vestidos de un color rojo granate, de diversas tallas y, tenemos que decir, que muy pocos animadores.








                           


Después de unos primero minutos impresionantes, nos fuimos al descanso 0-0. Pero a la vuelta, caprichos del destino, el Navalcarnero anotó el primer tanto. Eso nos ponía 0-1 en contra, serios aprietos. Pero aún así, esta afición, y por supuesto, el mister, nunca perdieron la esperanza, e intentamos transmitírselo a los jugadores. Pero esta vez tampoco tuvimos suerte, y nos metieron el segundo gol.

A la vuelta en el bús, venía un equipo de Granada, el Montefrío, con el que nuestro club ha hecho amistad enseguida, tanto que nos hemos cantado mutuamente canciones de ánimo. Fue tanta la fiestuki que montó el equipo, que parecía que habíamos ganado y no perdido.

Aunque perdimos este último partido, y hemos quedado sextos en el torneo, nos llevaremos todos muy buen sabor de boca, pues hemos disfrutado estos días en muy buena compañía, compartiendo millones de buenos momentos que a partir de ahora quedarán en nuestros corazones.

Porque el Villa, somos todos.





Como despedida, el equipo al completo y acompañados de los padres, hicieron una cena en un restaurante del paseo marítimo de Torremolinos. Esta cena estuvo repleta de momentos emocionantes, con lágrimas tanto por parte de los jugadores como del cuerpo técnico. Les tocó hablar a todos por turnos, y todos coincidían en algo: que este equipo, aunque no hubieran ganado todos los partidos, había aprendido a jugar en equipo, superando malos momentos y disfrutando de los buenos, pero siempre juntos. En conclusión, la piña que han hecho todos los jugadores, tanto los que han venido a este torneo, como los que no han podido, han formado una familia. 












 Los padres y jugadores, tuvieron un detalle con el cuerpo técnico: les regalaron unos relojes para que siempre los lleven cerca y se acuerden de ellos: 




Después de cenar, salieron a jugar al pilla pilla en la playa, antes de subir al hotel a descansar, para estar listos para la entrega de trofeos del día siguiente, y para poder disfrutar de una sorpresa que los padres han preparado para el equipo... 


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